En general, la salida al exterior conlleva la necesidad de hacer frente a multitud de gastos como viajes, misiones, ferias, estudios de mercado, informes comerciales, publicidad, traducciones, etc. Por otra parte, en ocasiones, las empresas españolas se ven obligadas a conceder a sus clientes extranjeros largos plazos de pago como condición necesaria para que les compren.

En particular, algunas empresas españolas fabrican sobre pedido y a medida de las necesidades de sus clientes extranjeros y por ello precisan de liquidez para hacer frente a las compras de la materia prima y a los gastos de producir aquello que van a exportar.

En el primer caso, puede resultar necesaria la financiación de exportaciones, o lo que es lo mismo, que en el momento de la exportación, las entidades financieras adelanten al exportador (en todo o en parte) los futuros importes a cobrar.

En el segundo caso, se hace imprescindible la prefinanciación de las exportaciones, o lo que es lo mismo, que en el momento del contrato (mucho antes de exportar la mercancía), las entidades financieras adelanten al exportador (en todo o en parte) los futuros importes a cobrar.

En tales circunstancias resulta fundamental conocer los principios básicos de las diferentes soluciones de financiación de exportaciones.

Inicialmente contamos con las clásicas y conocidas pólizas de financiación y prefinanciación de exportaciones, fórmulas que nos permiten, ya sea financiar exportaciones concretas de gran cuantía (pólizas por operación) o bien financiar toda nuestra actividad comercial en el exterior (líneas de financiación).

Ahora bien, complementando o sustituyendo a las anteriores pólizas, en los últimos años están ganado peso otras fórmulas de financiación de exportaciones tales como el factoring de export, el forfaiting, el confirming y el descuento de recibos electrónicos